Y ¡¡ TÓMALA!! que al salir de Tangancicuaro por una de sus calles no pavimentadas, «La Mirru» o sea mi carrito, pegó con una piedra en el camino, con lo cuál el mofle se le aflojó (pero no cayó) dejandolo a solo unos 10Cms del suelo 🙁
Pero lo bueno de lo malo, es que el taller de mofles estaba precisamente a unos 100 metros de donde me sucedió este pequeño accidente 😉 (¿coincidencia?, yo creo que si)
Así que rápidamente nos atendieron y luego de unos 20 minutos y 100 pesos de la compostura, pudimos seguir nuestro viaje hacia Uruapan.
A la postre, Gracias a dios este sería nuestro unico problemita en todo paseo. 🙂