Después de las declaraciones que diera el arqueólogo Alfonso Rosales López, la indignación cabeña no se hizo esperar, en voz del Sr. Rubén Rosendo Otero Valenzuela, secretario de la Asociación Yenekamú.
En lo que se refiere al Faro Viejo, Rubén Rosendo, desmintió lo declarado por el arqueólogo del INAH en el sentido de que fue un error que estuviera ese edificio en el catálogo de bienes inmuebles de Baja California Sur, porque consideró que no es posible que sea un error porque fue editado por la Secretaría de Educación Pública, por el propio INAH, el Gobierno del Estado y la coordinación de pueblos fronterizos, quienes avalaron que se pusiera en 1986 con clave y número de Monumento Histórico.
Gracias a que hubo esa declaratoria de Monumento Histórico el Faro se mantiene en pie en 1966 fue posible que se contara con recursos de la Sedesol y American Express, por la calidad de edificio histórico.
Lamentó que el titular del INAH, Amao Manríquez aplique ley mordaza a sus propios funcionarios, como el caso del arqueólogo Alfonso Rosales López, quien se rehusó de hablar del tema del Faro Viejo, cuando deben ser coadyuvantes a fin de que esto salga a la luz pública porque afecta los intereses de los lugareños que son los verdaderos dueños del patrimonio histórico.
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Como sudcalifnorniano me declaro dolido y avergonzado por la manera en que las autoridades, que debería tener los suficientes…. valores… no hagan nada por defender lo que es nuestro.