Aunque en esas fechas de 1930 ni siquiera mis padres había nacido, me resulta interesantemente sentimental «revivir» esos tiempos idos de nuestra ahora megalópolis tapatía antes denominada «La Ciudad de las rosas»
Hacer el retrato de una ciudad es el trabajo de una vida y ninguna foto es suficiente, porque la ciudad está cambiando siempre. Todo lo que hay en la ciudad es parte de su historia: su cuerpo físico de ladrillo, piedra, acero, vidrio, madera, como su sangre vital de hombres y mujeres que viven y respiran. Las calles, los paisajes, la tragedia, la comedia, la pobreza, la riqueza.
Berenice Abbott
GUADALAJARA ANTIGUA – Arcos Vallarta y Glorieta Minerva – 1930 a 1968. Fotogalería H. Ayuntamiento de Guadalajara, Jalisco México.