Si el Coloso del Bicentenario realmente tuviera 200 años, ¿qué estaría celebrando?
Si hubiera sido uno de los pocos niños afortunados que recibía educación a principios del siglo XIX, a los 11 años hubiera tenido que reaprender todo lo que le habían enseñado, puesto que de la noche a la mañana resultaba que vivía en un país llamado México. A los 12 años lo habrían reprobado puesto que ahora vivía en el Imperio Mexicano. Cuando cumplió los 13 años el Imperio Mexicano se convertía en República Mexicana. Con tantos cambios de nombre, seguramente habría abandonado en este momento la escuela para dedicarse a trabajar el campo. Ahí habría trabajado a ratos y a otros hubiera sido reclutado por la fuerza para enfrentar el intento de reconquista Española o para combatir a nombre de conservadores o liberales en la interminable guerra civil mexicana que siguió a la caída del Imperio, dependiendo de quién llegara primero al pueblo.
Gracias a tanta desorganización y guerra civil, a los 25 y los 36 habría visto cómo el país se desmoronaba, separándose temporalmente Zacatecas, después Texas, después (por un ratito) los Estados de Tabasco, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y posteriormente habría vivido la independencia de Yucatán. A los 36 le habría tocado padecer la Guerra con Estados Unidos y la consecuente pérdida de los territorios de Nuevo México y Alta California, así como parte de Chihuahua y Coahuila.